Proyecto Polígono Villaverde

Proyecto Polígono de Villaverde/ Trashformaciones: “El reciclaje en el arte ha existido toda la vida”

El arquitecto Pablo Montoya y el ingeniero Blas Montoya firman el “Tótem”, una estructura que será parte de la muestra de arte urbano que reinventará la estética del polígono de Villaverde gracias al proyecto del Ayuntamiento de Madrid y el Foro de Empresas por Madrid. La obra es una unión de reciclaje y arte que busca cambiar la impresión del espacio público en el área industrial.

Cinco murales y dos esculturas es con lo que comenzará la transformación de una parte del sur de Madrid que lleva décadas sufriendo una degradación social y urbanística. Para revertir esta situación, se lleva adelante el primer concurso artístico para transformar el polígono de Villaverde.

Es un ambicioso plan del Ayuntamiento de Madrid apoyado por el Foro de Empresas por Madrid y que ya empieza a ser una realidad. Además de los cinco murales que ya se están finalizando, también se pueden ver las dos esculturas que tratan de dar una nueva visión del espacio público. Una de estas esculturas está firmada por el arquitecto Pablo Montoya y el ingeniero Blas Montoya que juntos forman el colectivo artístico Trashformaciones. Una relación que va más allá ya que ambos también compaginan el arte urbano con el reciclaje de materiales en Blas Montoya SL. La chatarra que nunca estuvo tan viva.

¿Cuál es la idea que se transmite en tu propuesta de escultura?

Queremos crear un punto de referencia en un espacio público y por eso hemos elegido el tótem, un elemento vertical, firme, como ya hacían los romanos con los obeliscos, o los cristianos con los campanarios, algo que a lo lejos ayudará a saber dónde estás o hacia dónde vas. Luego fue elegir el material. Al estar dentro de un polígono industrial vimos que hay un deshecho universal que se produce en todos los talleres metálicos del mundo: las chapas de 1’5 metros por tres metros que se utilizan para cortar piezas, ya sea por láser, por agua o por oxicorte. Estas piezas son diseñadas a medida para todo tipo de diseños metálicos y en este caso seleccionamos las chapas de acero inoxidable de grosores de 8, 10, 12 y 15 mm.

El otro material utilizado fue recortes de metacrilato de diferentes colores que cortamos según las dimensiones de los círculos que estaban agujereadas en las chapas seleccionadas. Una vez la idea y los materiales ya estaban claros, solo faltaba la luz del sol para que todo llegase a su fin. La luz cenital será la energía gratuita que la hará brillar sin más. La luz del sol directa será la que proyectará una alfombra de colores en el suelo que creará un lienzo en dos dimensiones que se moverá según el asoleo del día indique, teniendo así una instalación artística que nos recordará a las vidrieras de las catedrales, pero en un espacio urbano y abierto a la interpretación, ya sea de lejos o de cerca, del espectador.

¿Por qué creéis que el reciclaje debe llegar al arte?

El reciclaje en el arte ha existido toda la vida. Si acaso, se tendría que potenciar por un factor meramente de sostenibilidad del planeta. La lista de artistas que reciclaron es larga: Picasso, César Rösemberg, Arnan, Calder, Goldsworthy, Miquel Barceló, Richard Serra, John Chamberlain, los hermanos Campana… y, cómo no citar el escrito de Charles Baudelaire: «El artista moderno es el que escoge los temas de su arte de entre la basura y los escombros, de entre los desperdicios de la opulenta sociedad capitalista. Allí, en la basura, los objetos pierden su identidad, su función y su origen, recogen los atributos que el nuevo propietario les da y la proximidad con otros desperdicios les recubre de un nuevo sentido, de una extraña analogía, y a menudo de una sorprendente expresión”.

Para vosotros, ¿qué supone el arte urbano para la regeneración de los espacios de las ciudades?

Al pensar en una respuesta para esta pregunta, nos viene a la cabeza un ejemplo que hemos vivido de cerca y que es un claro ejemplo de esas iniciativas. Somos de Castellón de la Plana, provincia de la Comunidad Valenciana, y en un pueblo del interior de Castellón se quiso poner un almacén de residuos tóxicos y sus habitantes reaccionaron de tal forma que ahora, un pueblo desconocido es visitado por personas de todo el mundo para ver su arte urbano como respuesta social para evitar la implantación política de un vertedero… Ese pueblo se llama Fanzara y el festival M.I.A.U. (Museo Inacabado de Arte Urbano).

¿Creéis que una iniciativa así tendrá un efecto llamada tanto para otras empresas que cedan sus espacios como para otros espacios de la ciudad?

Creemos que a estas alturas y más ahora que ya se han cumplido 25 años de su inauguración, el Guggenheim de Bilbao es el claro ejemplo de que un museo, ya por su contenido o por su continente o como su ubicación puede transformar una ciudad. Y cómo una ciudad ( Roma, Venecia, Florencia, Pisa…) o un país (Italia) pueden sin quererlo caracterizar a sus ciudadanos solamente por vivir y  pasear por un museo al aire libre como es dicho país sin que ellos se den cuenta de que están absorbiendo una energía artística de una forma gratuita e innata. Así que esperamos que, cuando se vea el cambio que se va a producir en el Polígono de Villaverde con esta iniciativa, otras empresas y otros espacios de la ciudad se sumen a ella.

¿Cómo crees que el público de del polígono de Villaverde -muy heterogéneo- leerá su obra?

No lo sabemos, pero podemos asegurar que habrá infinidad de opiniones buenas, malas… muy buenas, muy malas pero, en el fondo, este es el triunfo del arte, hacer pensar en positivo o negativo, pero ver y pensar… ¡es suficiente!

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