La estrategia ‘Madrid isla de color’ engloba iniciativas tan importantes como el Bosque Metropolitano, un proyecto en el que participa el Foro de Empresas por Madrid, y que persigue completar un cinturón forestal de 75 kilómetros que rodee la capital con especies autóctonas.
‘Madrid Isla de Color’ es un paso más en el compromiso del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid en la lucha contra el cambio climático. Esta estrategia es una apuesta integral para transformar y modernizar el espacio urbano de la ciudad a través de la renaturalización.
“Ni desiertos de hormigón, ni solares degradados, ni espacios abandonados entre bloques, vamos a hacer de Madrid una isla de color a través de una revolución en el espacio público”, señaló Mariano Fuentes, delegado del Área de Desarrollo Urbano, durante la presentación de esta iniciativa en el 6º Congreso Green in the City el pasado 25 de septiembre.
La expresión ‘isla de color’ juega con la denominada situación ‘isla de calor’ que se produce en los núcleos úrbanos por acumulación térmica debido al uso de materiales como el hormigón y que busca precisamente evitar. El objetivo es dar lugar a una infraestructura verde multifuncional que actúe come regulador de temperatura.
‘Madrid Isla de Color’ es un paso más en el compromiso del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid en la lucha contra el cambio climático.
Pretende cambiar la fisionomía de la ciudad de Madrid tanto a escala global como de barrios. A escala de ciudad, la estrategia ‘Madrid Isla de Color’ engloba el proyecto ‘Bosque Metropolitano’, en el que participa el Foro de Empresas por Madrid. Se trata de un cinturón forestal de 75 kilómetros que rodeará la capital con especies autóctonas. Las tareas de acondicionamiento en el kilómetro cero, el cerro Almodóvar, ya han comenzado. También se están preparando parcelas para comenzar la plantación.
A escala de barrio está también en marcha el proyecto de Barrios Productores que busca, dentro de ‘Madrid Isla de Color’, la renaturalización de áreas libres entre bloques o espacios interbloque, solares desocupados, cubiertas, subterráneos en desuso, incluso locales comerciales vacantes para crear nuevas zonas públicas urbanas donde favorecer el emprendimiento local en sectores como agricultura y jardinería, nutrición, salud o alimentación.
